Santá?
Había sido una noche de desenfreno y excesos para Chris, un joven de 24 años. Después de una fiesta de Navidad en casa de sus amigos, había bebido más de la cuenta y se encontraba en un estado bastante desastroso. Tropezaba con su propio cuerpo mientras intentaba llegar a su hogar. Finalmente, llegó a su pequeño apartamento y lo único que quería era tumbarse en la cama y descansar. Sin embargo, en ese preciso momento, algo inesperado sucedió. Chris miró hacia la chimenea y, para su asombro, vio a Santa Claus bajando por ella. "¡No puede ser!", pensó Chris, intentando enfocar su mirada. "Debe ser producto de mi borrachera". Pero no importaba cuánto se frotara los ojos ni cuánto se pellizcara, la imagen frente a él seguía siendo la misma. Santa Claus, vestido con su clásica indumentaria roja y blanca, estaba allí, justo en su sala de estar. Santa Claus, notando la estupefacción de Chris, soltó un suspiro y sacudió la cabeza. "Oh, Chris, siempre jugando con fueg